FINALMENTE ESTRENADO!!! - RP BROWNE'S APEX - EL DOCUMENTAL - TODO EL PROYECTO REVELADO - CLICKEAR AQUÍ!

APEX

"La realización de esta serie ha sido como un viaje de descubrimiento al interior del reino primitivo que coexiste con nuestro mundo urbano moderno."

 

Serie Los Elementos - AGUA - Acrílico en MDF, 243 x 60 cm

 

Serie Los Elementos - EL 5to ELEMENTO

Retratando al río Támesis sobre Manhattan

Acrílico en MDF, 60 x 243 cm

Manifiesto artístico por R. P. Browne

Safaris telescópicos en una ciudad de millones

Un regalo impensado convertido en el Ojo que Todo lo Ve

Entre las cosas más preciadas que solía hacer de chico estaban los safaris telescópicos. En ocasión de un cumpleaños – probablemente el 12vo- recibí como regalo un paquete largo, misterioso. Presa de la ansiedad me deshice del envoltorio, y quedé alucinado apenas ver el contenido… ¡un telescopio!

En esa época estaba loco por la astronomía; sin embargo y para mi amarga decepción, el brillo de mi ciudad, con millones de habitantes, hacía que mi flamante regalo fuese completamente inútil para escudriñar los cielos nocturnos. Muy pronto, en un espectacular trueque de intereses científicos, encontré un uso nuevo para este juguete especial. Yo vivía con mi madre y hermanos en un departamento en Buenos Aires, convenientemente ubicado en la intersección del Zoológico y el Jardín Botánico. Nuestro departamento estaba en el primero de un edificio de catorce pisos, y a pesar de estar estrictamente prohibido para alguien de mi edad, comencé a trepar a la terraza de la azotea en cada oportunidad disponible.

Más tarde, en la pubertad, le apuntaba a mujeres tomando sol en las terrazas de sus elegantes propiedades; sin embargo durante esos tiempos más inocentes, en el Zoo estaba toda la cacería para mí. Mirando el parque desde esta cima, los animales se veían diferentes: inofensivos, y silenciosos, pero así todo fascinantes. Parecían más reales que en Zoo mismo, ya que hacer foco en ellos desdibujaba los barrotes de las jaulas, y aislaba la multitud de visitantes. A diferencia de la escenografía africana de la serie Tarzán en nuestra TV blanco y negro, o de los especímenes embalsamados en el museo de mi colegio privado, los animales que me mostraba el telescopio eran vivaces, coloridos.

De acuerdo con su estatus o celebridad, los leones disfrutaban de un espacio a cielo abierto, separados del público por una profunda fosa perimetral. Allí estaba: un enorme gato peludo gozando el sol del mediodía, completamente indiferente de los cientos de ojos mirando cada latigazo de su cola…a la estrella del Zoo no podían importarle menos las galletitas que le tiraba una jauría de malcriados urbanos. Y ahí estaba yo, el emperador en el APEX de esta cadena alimentaria visual, esperando secretamente que un desafortunado cristiano se cayera a la fosa, para ver el repentino frenesí de un circo romano desatado a cada lado de la cerca.

Muchos años más tarde, en el África real, mi percepción de la jerarquía natural se vio desafiada temporariamente. Yendo de tour por una reserva natural o buceando entre tiburones en el océano dentro de una jaula de barrotes de aluminio, la noción sobre quién era el depredador superior se nubló peligrosamente; ¡yo era el espécimen confinado! ¿Qué tal si hubiera dejado de funcionar la camioneta en medio de la sabana o la puerta de la jaula de buceo hubiera quedado mal cerrada? Subconscientemente me vi a mi mismo como uno de esos molestos visitantes de mis fantaseos diurnos sobre el Zoo quien súbitamente cae en la cuenta que está en el lado equivocado de la cerca; qué estilo para ser mencionado en las noticias banales que millones leerán al día siguiente viajando al trabajo.

Para bien o para mal, la tecnología nos ha puesto en la cima, tal vez muy rápido o demasiado pronto. ¿Habremos tan solo ampliado el sistema de depredación, llevándolo a un nivel más alto? La realización de esta serie ha sido como un viaje de descubrimiento al interior del reino primitivo que coexiste con nuestro mundo urbano moderno.

En un punto de esta travesía tomé 143 impresiones de pantalla del Google Earth, y pacientemente las cosí unas con otras formando un fondo urbano pantanoso para una de las piezas más grandes. Al hacerlo pude sentir el eco distante pero maravilloso de estar de vuelta en esa nube alta y poderosa; una vez más ahí arriba como el Ojo que Todo lo Ve.

R. P. Browne

 

 

hacer click en la imagen para ver el catálogo del Proyecto APEX

 

o hacer click en la imagen para el APEX BLOG

 

Información sobre el trabajo de RP Browne por favor contactar al artista a rodrigo@rpbrowne.com